En 1.928, el arquitecto bermeano Pedro Ispizua hizo el nuevo kiosko de música circular, con cubierta volada y de gran expresionismo. Fue rehabilitado en 1.985 por Ramón Lecea, tras las inundaciones de agosto de 1.983, restableciéndose sus vidrieras. Y en 1.998, fue, de nuevo, remodelado para añadirle unas viseras laterales, una iluminación nocturna y un estanque circular por su parte delantera.
En este kiosko actúa muchos fines de semana
A pesar de esta rehabilitación y remodelación, el café-bar del citado kiosko, que dejó de funcionar con las citadas inundaciones, no empezó a trabajar hasta Diciembre de 2.001. Con sus mesas en el exterior y un local interior muy bien preparado, es un lugar de esparcimiento muy apreciado por los visitantes del Arenal.
También existió, a la izquierda del kiosko, un palomar construido en los años 20, que se derribó en los años 40, trasladándolo al estanque del Parque de Doña Casilda.
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