sábado, 24 de mayo de 2008

LAVANDERAS EN EL NERVION


CHALETS DE ALLENDE EN INDAUTXU

MUSEO GUGGENHEIM

LA IGLESIA DE LOS SANTOS JUANES (II)

LA NUEVA IGLESIA

En 1622 se iniciaron las obras de la iglesia, hoy existente, según planos elaborados por el jesuita Padre Ramírez y veinte años después se terminaba la parte zaguera, dividida en tres tramos, con exclusión del crucero. Tras una interrumpción de tres décadas, las obras se reanudaron en 1672 con el acometimiento del crucero y la cabecera por los canteros montañeses Manuel Ceballos y Mateo del Río. Tres años más tarde el albañil Francisco de Elorriaga empezó a trabajar en las cubiertas, bóvedas y cúpula.
La expulsión de los jesuitas en 1767 puso en manos del Ayuntamiento de Bilbao las instalaciones del Colegio de San Andrés, ubicado en el Portal de Zamudio. La residencia con su claustro se destinó a funciones asistenciales, y a la iglesia se trasladó en 1769, desde el barrio de Ibeni, la parroquia histórica de los Santos Juanes (San Juan Bautista y San Juan Evangelista), sede de la Cofradía de la Vera Cruz.

La fachada consta de un cuerpo bajo con 4 columnas dóricas que sostienen un frontón triangular adornado por 5 chapiteles, y un cuerpo alto, más estrecho, que remata con graciosas curvas adornadas con sendos chapiteles piramidales. La anchura del cuerpo bajo abarca la de las 3 naves interiores, mientras que la del cuerpo alto sólo abarca la de la nave central. En este cuerpo alto se halla la ventana del Coro, con el escudo de armas de Domingo de Gorgolla a su derecha (visto desde la calle) y el escudo de armas de su Majestad, a su izquierda.
El interior de la iglesia consta de una gran nave central y dos laterales, más bajas y estrechas. Una elegante cúpula sobre el Altar Mayor, sostenida por 4 pechinas que están adornadas de 4 óleos del siglo XVII, representando a los 4 primeros santos de la Compañía de Jesús: San Ignacio, San Francisco Javier, San Francisco de Borja y San Luis Gonzaga. La citada cúpula da anchura al crucero, iluminado en su parte derecha por una gran vidriera, en vivos colores, que representa al Sagrado Corazón. A sus lados, San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

BILBAO BUSCA CERRAR CON DOBLE VIA SU NUDO TRANVIARIO


El Gobierno vasco y el Ayuntamiento están decididos a cerrar el anillo tranviario de Bilbao a través de las calles Autonomía y Hurtado de Amézaga, donde el nuevo tramo enlazaría con el que ya pasa junto a la estatua de Don Diego López de Haro en su camino hacia Atxuri. Este proyecto permitirá crear una línea circular con salida y llegada en Basurto, a la que habrá que sumar tres ramales: el que ya funciona hacia el Casco Viejo, el que se va a comenzar a construir para llevar el tren en superficie a Rekalde y el que se ha planteado como idea para acceder en el futuro a la remodelada isla de Zorrozaurre.
Pero, además, las instituciones apuestan porque este anillo tranviario que recorrerá el Ensanche cuente con una doble vía. «Esto nos permitiría mejorar el funcionamiento y hacer más flexible la red, al tiempo que se recortan los tiempos de espera de los usuarios», explicaron a EL CORREO fuentes del Departamento de Transportes del Gobierno vasco. El doble carril redundará, además, en una mayor seguridad, insisten desde el Ejecutivo autonómico.
En la actualidad, la red de tranvía de la capital vizcaína cuenta con una longitud de 4,8 kilómetros. Este recorrido serpentea entre calles y plazas desde Basurto hasta Atxuri. Algo más de 3 kilómetros discurren a través de una doble vía, mientras que el único tramo de plataforma única, que va desde Pío Baroja hasta la parada instalada en el Casco Viejo, tiene 1.700 metros. El nuevo segmento que se habilitará por Autonomía y Hurtado Amézaga no tendrá problemas para sumar otros 3,5 kilómetros de doble vía, dada la anchura de estas avenidas. Sin embargo, el gran obstáculo para completar el recorrido circular que ambicionan las instituciones se encuentra en la confluencia de las calles Buenos Aires y Acebal Idígoras, en la Plaza Venezuela.
Allí hay 400 metros en los que el tranvía lucha a diario por abrirse paso entre una marea de coches y peatones, por una calzada realmente estrecha. El Gobierno vasco ha encargado a un grupo de expertos de las empresas de ingeniería Leber e Idom que busquen la forma de sortear los obstáculos y poner el remate al trazado circular. Los trabajos están ya muy avanzados. «La entrega está prevista para después del verano», explicaron fuentes del Departamento de Transportes.
La calle Buenos Aires cuenta con una anchura aproximada de 12 metros. En la actualidad, en su calzada, conviven a duras penas dos carriles de circulación y uno que está reservado al tren en superficie. «El tranvía necesita 3 metros para cada una de sus plataformas», explica uno de los técnicos de Leber que trabaja en el informe de viabilidad. «Hemos estudiado varias alternativas y podemos decir que, técnicamente, la iniciativa es posible. Eso sí, nosotros presentaremos varias propuestas y serán las instituciones las que decidan qué es lo más conveniente, en función del tipo de ciudad que quieran construir», añadió el ingeniero.
Las diferentes ideas que se plantearán tomarán en consideración que el tranvía puede pasar por espacios reducidos, pero que lo tiene que hacer a velocidades muy reducidas. Otro factor importante es la conveniencia o no de que por las plataformas circulen también autobuses urbanos. Es algo que quedará en el tejado del Ayuntamiento y del Gobierno vasco. Por último, se debe tener en cuenta tanto el coste económico como la necesidad de sacrificar elementos propios de la circulación, como el cierre de carriles, cambios de sentido o la eliminación de aparcamientos.
«Nosotros colaboraremos con en el Ejecutivo autonómico en lo que podamos, porque nos parece muy importante tener una ciudad con un transporte público muy fuerte», explica Ibon Areso, concejal de Circulación y Transportes en el Consistorio bilbaíno. «Será difícil e igual tenemos que tomar alguna medida importante, como ya hicimos con la calle Navarra, pero creo que podemos sacar adelante esta idea de la doble vía», concluyó el concejal.