jueves, 24 de julio de 2008

PLAZA NUEVA

PALACIO DE LARRINAGA

BATERIA DE SENDEJA 1.874

BILBAO SIGLO XVIII (I)

Bilbao adquirió en este siglo las características de una ciudad periferia, comerciante y burguesa, que va a hacer sentir su peso político y económico en España. Su comercio, apoyado en su industria, fundamentalmente de hierro, y su navegación, proporcionarán la riqueza y el poder necesario y, al mismo tiempo, será fuente de envidias y rencillas con la Tierra Llana.
Al auge de la Villa en este siglo, contribuirá, también, el cambio dinástico, con la llegada de los Borbones, quienes considerándose enemigos de ingleses y holandeses, anulan la competencia de éstos y consideran a Bilbao como puerto imprescindible para Francia, por lo que la burguesía bilbaína estaba en condiciones de imponer sus exigencias.
Sin embargo, Bilbao no renuncia al tráfico con Inglaterra y Holanda, tradicionales receptores del comercio bilbaíno, y, al mismo tiempo, exigirá contrapartidas comerciales a Francia por su apoyo, más o menos pasivo, en la guerra de Sucesión, a la muerte del rey Carlos II de la Casa de Austria. Bilbao consolidaría, por esas fechas, el monopolio del tráfico lanero del Cantábrico.
Se inician, también, relaciones con las colonias del Norte de América.
Por otra parte, el Consulado atravesaba una época de gran interés, acrecentándose, en las importaciones, el papel de Bilbao.
Una de las obras de mayor trascendencia política y económica, fue la construcción del camino de Burgos a Bilbao, por Pancorbo y Orduña, financiada por 3 entidades públicas: el Señorío de Vizcaya, la Villa de Bilbao y el Consulado. Las obras comenzaron en 1.764 y terminaron en 1.774. Fue una respuesta a las amenazas que se cernían sobre su tráfico mercantil, con la proyectada carretera Burgos-Santander por Reinosa.
El importante flujo mercantil decidirá la ampliación y mejora del Puerto de Bilbao en este siglo XVIII. Así, en 1.724, el Consulado revistió con muelles toda la margen izquierda de la ría en el término de Abando, para evitar los desprendimientos de terreno. En 1.734, se reconstruyeron los muelles de la embocadura de la ría, y, en 1.753, se comenzó a encauzar la ría entre Desierto-Erandio y Portugalete.
Pero el siglo XVIII no acabaría en la línea que hemos comentado. Así, en 1.780, aparecieron los primeros síntomas de agotamiento de la economía tradicional. Se inició una nueva crisis. Crisis agrícola al haber alcanzado su techo estructural. Crisis del comercio al caerse las exportaciones de lana y de hierro. Crisis de la industria, a partir de la crisis comercial, descendiendo la producción de las ferrerías vascas.

NO LES MOVERAN

Familiares, amistades, empleados y, sobre todo, usuarios de la residencia Reina de la Paz han ocupado esta mañana parte de la Gran Vía “para hacerse oír”. Los manifestantes, que portaban una pancarta con el lema ‘BBK, no a la demolición. Remodelación por plantas’, se han situado durante una hora entre el edificio foral y la sede de la caja vizcaína, las dos entidades objeto de sus críticas. Así lo han comunicado en los diferentes mensajes que lanzaban a través de los altavoces: “La BBK y la Diputación quieren acabar con la obra social”. Sin embargo, los allí presentes han apostado por la resistencia como medida para evitar el derribo de la residencia. ‘No nos moverán’ han cantado, en numerosas ocasiones, al unísono.
La mayoría de los manifestantes se han mostrado indignados por el realojo de los residentes en las localidades de Loiu y Leioa. “Es una vergüenza, les quieren llevar al monte”, comentaban dos jóvenes que han acudido a la concentración para apoyar a los trabajadores del Reina de la Paz. Los usuarios de esta residencia han coincidido también en la lejanía de los nuevos centros como principal motivo para mostrarse contrarios al traslado. “Allí no tenemos ni cómo ir a comprar una pieza de fruta”, apuntaba una mujer de 86 años que lleva 3 viviendo en el edificio de Ibarrekolanda.
La plataforma contra el derribo del Reina de la Paz ha aprovechado también la manifestación para hacer llegar 7.000 firmas y una carta a Xabier de Irala, presidente de la BBK, y a José Luis Bilbao, diputado general de la provincia. “En la Diputación han hecho acuse de recibo de los papeles y ya nos llamarán, pero Irala ni ha querido recogerlos”, apuntaba José Trueba, miembro de la asociación.