El gobierno del hospital correspondía a la corporación bilbaína, al que un acuerdo tomado el 23 de enero de 1499 obligaba:
“.. para que los pobres e los enfermos que estan en el ospital nuevo de los vienaventurados San Juan Bautista e Evangelista desta dicha villa sean mayor seruidos e regidos e governados e alinpiados, que, de oy día en adelante, todos los dias de los sabados en cada semana, ovyesen de ir e duesen dos presonas del dicho regimiento en esta villa”
La ordenanza del año 1593 imponía al regimiento la obligación de visitar los Hospitales de San Lázaro y de los Santos Juanes una vez al mes. Además, uno de sus diputados debía de realizar una visita semanal, cada viernes, para observar si los pobres y enfermos eran atendidos debidamente, además de comprobar que se cumplían las normas de admisión y no se había admitido el ingreso en calidad de pobre de alguna persona que contasen con recursos económicos, ni el de aquellas no avecindadas en la Villa si ello era en detrimento de los pobres bilbaínos.
La ordenanza penaba el incumplimiento de esta obligación con una multa de mil maravedíes, cantidad elevada, que equivalía al salario mensual de un artesano.
El Ayuntamiento bilbaíno designaba una persona encargada de la dirección del hospital, que recibía indistintamente los nombres de manobrero, administrador o mayordomo. También una “señora”, llamada a veces administradora, encargada del gobierno doméstico.
Con excepción del manobrero, ya citado, de los médicos municipales que se encargaban de la visita a los enfermos y del capellán, quien en 1515 tenía asignado una salario de dos ducados, es muy poco lo que sabemos del personal que prestaba servicio en esta primera etapa del hospital.
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