«Cuando era chaval, en el colegio, siempre me decían, 'aquí tenemos al fundador' o 'a ver que contesta el fundador'...», relataba un «orgulloso» Diego López de Haro, de 29 años, que acudió a la tradicional cita con su madre, Rosa María Fresno y su hermano Sergio.
Ante la estatua del fundador de la villa, se encontraba Mª Carmen, la viuda de Enrique López de Haro, fallecido hace ocho meses. «Seguiré viniendo todos los años. A él le hacía mucha ilusión y la verdad es que pasamos un día agradable todos juntos».
Asi mismo, la Corporación municipal de Bilbao ha hecho la tradicional ofrenda floral al fundador de la villa, cuya escultura está ubicada en el corazón de la Plaza Circular. La comitiva ha partido del Consistorio bilbaíno poco después de las doce del mediodía para llegar al Monumento Don Diego López de Haro.
Los concejales han despedido así los actos del 708 aniversario con la entrega del ramo de flores al fundador de la villa.
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