Incluso en los plenos menos prometedores -el de ayer estuvo marcado por la ausencia de Azkuna-, la política de aparcamientos enciende los ánimos de los grupos políticos en Bilbao. La propuesta del PSE para reforzar los recursos del área con el fin de controlar los «defectos generalizados» de los parkings fue rechazada por la mínima, ya que ante el empate hubo que recurrir al voto de calidad del primer teniente de alcalde, Ibon Areso. El debate dio a pie a un cruce de reproches por la «nefasta» gestión del gobierno y las «falsedades» de la oposición. El escenario de la controversia fue el parking de El Peñascal, que el portavoz del PP, Antonio Basagoiti, definió como «un pantano. Así lo inauguró el señor Azkuna, con corte de cinta, txistu y canapés y la tercera planta inundada». Algo que no ocurre sólo «cuando hay lluvias extraordinarias, sino a diario», aseguró. El socialista Txema Oleaga denunció que los usuarios «se sienten engañados» porque el recinto «está mal construido. Parece que invita al agua a que se precipite por la rampa», ironizó.
El delegado del área, Ibon Areso, reconoció que los aparcamientos municipales «tienen deficiencias y se subsanan», pero expuso una fotografía muy diferente. Según dijo, el de El Peñascal se construyó «en el único sitio donde era posible. Las dos plantas superiores funcionan bien y la que se moja, no se inunda, es la tercera». En el subsuelo hay una corriente de agua, «un colector que creíamos que estaba anulado». Por ello hubo que instalar tres equipos de bombeo «y se impide utilizar el tercer sótano mientras no se acredite que funciona bien».
Basagoiti mostró entonces una carta de la concesionaria «que dijo a los vecinos que aparcaran en la tercera planta y los coches fueron siniestro total. ¿De quién es la culpa?», planteó. «Habrá una responsabilidad del concesionario que ha incumplido los decretos del Ayuntamiento», replicó Areso. Aseguró que las bombas de achique «funcionan bien» y atribuyó los problemas de los últimos días a la «torrentera» del 1 de junio. Las lluvias inutilizaron el sistema eléctrico, por lo que el recinto «se volvió a inundar días después. Los técnicos no detectaron lo que podía pasar y yo, como concejal, tampoco», reconoció. «Pero no es cierto que se inunde todos los días, no intoxiquen».
Otro aparcamiento polémico, el de El Carmelo, salió a la palestra, por las obras de urbanización de la calle. El edil del PP Carlos García aseguró que «se está haciendo una chapuza» para acabar cuanto antes después de «un año de retraso. Hay una red por la que pasan aguas fecales y pluviales que se va a dejar como está, y en unos meses habrá que volver a picar», advirtió. El delegado de Obras y Servicios, José Luis Sabas, respondió que «no se va a hacer ninguna chapuza» sin dar la fecha de inauguración del recinto, que no podrá ser el próximo lunes como se había anunciado.
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