miércoles, 14 de mayo de 2008

LA CATEDRAL DE SANTIAGO (II)

En cuanto a su exterior, en 1.650 se edificó la primitiva fachada del templo.
En 1.716 se erigió, sobre el primer cuerpo de piedra, otro muy elevado y gallardo, un pretencioso campanil. En 1.817, ante el temor de su derrumbamiento, se demolió. Y en su lugar se levantó un torpe armatoste de ladrillo, feo y raquítico. Estaba asociado a las guerras carlistas y figura en grabados de la época.
Finalmente en 1.885, se le encomendó al prestigioso arquitecto bilbaíno Severino Achúcarro la total reparación de la fachada y la construcción de la airosa torre neogótica que hoy podemos admirar y que la terminó en 1.890. Es como una flecha que se dispara al cielo. Tiene, esta torre, 11 campanas dispuestas en 3 niveles, 4 de repique y 7 de volteo, de los años 1.890, 1.895 y 1.916.
En algún momento se proyectaron dos torres gemelas a ambos lados de la puerta principal del Templo. La sensación de agobio lo desestimó.

La fachada principal, que se asoma a la Plazuela de Santiago, es también neogótica. En ella puede verse una portada ojival, discretamente abocinada, que se adorna, en sus arquivoltas, de grecas de follaje que trepan hacia la ojiva. Cubre esta portada un arco conopial rematado en una cardina. A ambos lados, sobre dos repisas góticas y bajo finos doseletes del mismo estilo, descansan las figuras de los Santos Pedro y Pablo. Sobre la portada corre una balconada y, encima, el clásico rosetón insustituible en las catedrales góticas.
Destacan dos veneras a ambos lados del citado arco conopial, que acreditan su sabor jacobeo. También pueden verse, arriba y a ambos lados del clásico rosetón, dos medallones que representan los elementos que identifican a la iglesia como Basílica.
A la derecha de esta fachada principal (orientación Sur), se encuentra el gran atrio o pórtico del templo, característico de las iglesias vascas. Renacentista y de figura trapezoidal, fue construido en la segunda mitad del siglo XVI. Este pórtico es de gran amplitud, con 6 arquerías gigantes de medio punto, apoyadas en robustas pilastras que sostienen las bóvedas y que sirven, al mismo tiempo, de contrafuerte exterior del templo.
Dentro de este pórtico se encuentra una bella entrada gótica lateral, que comunica con el crucero. Tiene tres arquivoltas. La primera se adorna con figurillas adaptadas a la curvatura del arco y las otras dos se abren hacia la puerta en forma de arquitos. Sobre esta entrada puede verse un escudo policromado de la Villa, como símbolo del patronazgo que ejercía sobre esta iglesia.
Una vez dentro y sobre esta misma puerta, se encuentra una imagen de la Inmaculada de hacia 1.783, de Francisco Arizmendi. Y enfrente, sobre las puertas de entrada al claustro, se halla otra imagen referida al apóstol Santiago de Pérez Comendador, de 1.955.
El claustro es un cuadrilátero reducido, adosado a la Iglesia por el Norte. Su estilo es el gótico tardío de finales del siglo XV y principios del XVI, con un jardín central. Dispone de amplios ventanales que se abren al ya citado jardín, con profusión y variedad de sus tracerías. Sobre los muros, corre una crestería calada y entreverada por pináculos y gárgolas. Este claustro comunica con la calle Correo a través de la Puerta del Angel. Acoge a dos retablos muy elaborados de hacia 1.900 y tres sepulcros, uno de ellos del siglo XVI.
Dicha Puerta del Angel es de estilo gótico florido con elementos decorativos isabelinos y fue construida a principios del siglo XVI. Era la puerta de los peregrinos. Es moderadamente abocinada y partida en dos por el parteluz que se prolonga en forma de pináculo sobre el tímpano adornado de relieves geométricos. La portada se cubre de un arco conopial, rematado en una cardina. El conjunto queda encuadrado por dos contrafuertes que terminan en floridos pináculos. En el interior del vértice de dicho arco conopial, destaca una venera jacobea, que despedía a los romeros al abandonar el templo para enfilar la ruta hacia Compostela.
Volviendo al interior, al retablo de Beaugrant le sustituyó, en 1.805, un altar de jaspe cerrado al exterior por verjas de hierro y bronce. Recientemente se llevó a cabo una acertada reforma, desapareciendo lo antes citado y, en su lugar, se colocó un ara de piedra en el centro del Presbiterio, que quedó limpio y despejado.
También sufrió importantes reformas el Coro en el siglo XVIII. En efecto se alargó la iglesia y se edificaron, a ambos lados del Coro, la Capilla del Cristo ya mencionada y la Sacristía. La característica de este Coro es que no está situado en un espacio central, a nivel del suelo, como es habitual en las Catedrales. Mas bien es el Coro de una iglesia parroquial, como así se definió entonces.

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