Nació en Bilbao el ocho de marzo del año de 1.745.
Muy joven sentó plaza de guardiamarina en el departamento de Cádiz. y en este empleo embarcó en el chambequín Andaluz, al mando del capitán de fragata don Francisco de Vera.
En este buque ya se distinguió en la mar, como antes lo había hecho en los estudios, pues en la noche del día trece de abril del año de 1.761, impidió que el buque se estrellase contra las Salinas de la Mata, “por sus acertadas disposiciones y por su firmeza en sostenerlas contra el dictamen de hombres prácticos en la mar, y por su osadía en embarcarse de noche en medio de un fuerte temporal en un pequeño bote, a recoger la lancha perdida y ver de salvar el buque, logró al menos sacar a salvo toda la tripulación de trescientos hombres” dice Fernández de Navarrete.
A los doce años de servicios, por el buen concepto en que le tenían sus superiores, fue nombrado ayudante de la mayoría del departamento de Cartagena.
En el año de 1.772, queriendo mejorar sus conocimientos e incrementar su práctica, pidió embarcar en la fragata Venus, que al mando de don Juan de Lángara, había de salir para las Filipinas. Ayudaba al comandante, llevando prolijo diario de navegación con todas las incidencias y observaciones.
No obstante lo detallado del diario, la situación se llevaba únicamente por estima, mejorada ésta tan sólo con la latitud observada por diferentes métodos usados en la época.
Mazarredo recordaba unas tablas que había visto en cierta ocasión, en el año de 1.767, en una gaceta británica y que no pudo adquirir en Gibraltar, a pesar de las diligencias que efectuó desde Cádiz.
Estando navegando el día trece de febrero, en una espléndida noche de luna, casi en cuarto creciente, pocos días antes de llegar a al cabo de Buena Esperanza, Mazarredo se fijó en lo bien que destacaban las estrella; la luna estaba cerca de Aldebarán.Tuvo de pronto la idea de que podía obtenerse la longitud por distancia de la Luna a una estrella.
Entre él, Ruiz de Apodaca que estaba de guardia y el comandante Lángara que también contribuyó en ello, una vez que le pusieron en antecedentes de lo que se trataba, observaron simultáneamente: Ruiz de Apodaca la altura de la Luna, Lángara la de Aldebarán y Mazarredo midió mientras tanto, la distancia entre los dos astros.
Hicieron varias series de observaciones y las trabajaron seguidamente, resolviendo también los necesarios triángulos esféricos; en todo esto tardaron cuarenta y ocho horas y les dio una diferencia en longitud de dos grados al oeste con respecto a la estimada; enmendaron ésta y gracias a ello, a los pocos días, recalaban con toda exactitud en El Cabo.
Una vez fondeado en la bahía de la Tabla, adquirieron, en unos barcos de la Compañía Británica, los almanaques náuticos de los a los de 1.772 y 1.773; en ellos se daban las distancias lunares a las estrellas zodiacales cada tres horas del meridiano de Greenwich, y ya con este auxilio obtuvieron más fácilmente la longitud por observación, durante todo el viaje hasta Manila y a su regreso.
lunes, 6 de octubre de 2008
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