lunes, 13 de octubre de 2008

EDUCACION PROHIBE A UN INSTITUTO BILBAINO DAR GIMNASIA A PERSONAS AJENAS AL CENTRO

El Gobierno vasco ha tenido que mediar en un conflicto de intereses: de un gimnasio afectado por competencia desleal y de algunos vecinos de Zorroza que estaban «encantados» de recibir clases de artes marciales y gimnasia de mantenimiento «a mitad de precio» en el instituto de Zorroza. Finalmente, la Delegación Territorial de Vizcaya ha prohibido a un particular que imparta estos cursos a personas ajenas al centro, decisión que será, probablemente, recurrida por el afectado, según confirmó un portavoz de Educación del Gobierno vasco.
El conflicto viene de lejos. El profesional al que ahora se impide dar gimnasia en el centro de enseñanza secundaria fue socio del dueño del gimnasio situado a unos 200 metros de distancia al que arrebataba clientes. Este le denunció por competencia desleal: alegaba que mientras él tenía que pagar impuestos, el otro monitor podía rebajar de forma notable el precio de las clases porque el local público «lo pagamos todos». Los tribunales le dieron la razón. El Juzgado de Primera Instancia número 10 de Bilbao condenó en febrero de 2002 a la asociación de padres, que organizaba los cursos, le obligó a cesar de inmediato la actividad y a indemnizar con 6.000 euros al negocio perjudicado.
«Inequívoco fin social»
Las clases, a las que asistían alumnos, padres y vecinos de Zorroza, continuaron hasta este curso en que la Asociación de Madres y Padres (AMPA) dejó de avalar esta actividad extraescolar, y fue el profesor de artes marciales y gimnasia quien solicitó personalmente la autorización para seguir impartiendo clases en el instituto. Un decreto que entró en vigor el pasado mayo regula el uso de instalaciones públicas y excluye toda actividad no supeditada al funcionamiento ordinario del centro que no tenga un «inequívoco fin social», lo que deja fuera iniciativas «lucrativas», tanto de carácter «privado como familiar».
Además, a partir de ahora, el uso de estos locales deberá contar con la autorización no sólo del centro, sino del delegado territorial de Educación, que en este caso la ha denegado. «El instituto lo puede usar todo el barrio de Zorroza para hacer deporte, jugar al fútbol..., pero no para ganar dinero». Educación sabe que es un «tema delicado», porque la «gente estaba contentísima», pero entraba «en colisión con el derecho de otro gimnasio».

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