El ex diputado foral de Urbanismo y el director gerente de Metro Bilbao, Rafael Sarria, explicaron que las labores para sustituir los breteles o tramos de cruce para el cambio de vía de los trenes en la estación del Casco Viejo son «muy delicados», ya que hubo que picar 40 metros de vía embebida en hormigón e introducir después por Bolueta 100 metros cúbicos de cemento armado. Esta tarea fue encomendada a un grupo de entre 80 y 90 «grandes profesionales» y la dirección del suburbano -subrayaron- estuvo siempre «a pie de obra», en un operativo que se ha desarrollado «por primera vez» en España y en un tiempo récord. «Nuestro agradecimiento a ese gran equipo que nos ha permitido acabar un día antes de lo previsto», elogiaron.
«El momento idóneo»
A continuación, justificaron la elección del puente de San Ignacio como el momento «más idóneo» para materializar un proyecto que permitirá introducir a finales de 2009 el quinto vagón, con el que «se aumentará la capacidad un 25% y todos iremos más cómodos». «Anotamos esta fecha en el calendario porque es el segundo momento del año -después de Semana Santa- en el que menos gente viaja. Tenemos hasta un 55% menos de usuarios», explicó Sarria. «No hay nada casual ni imprevisto. Todo se ha hecho siguiendo un riguroso plan diseñado en los últimos seis meses», añadió Nieves.
Ambos responsables admitieron el «error» que supuso no fletar lanzaderas gratis a Santutxu, como sí se hizo a Etxebarri y a Astrabudua. Miles de usuarios se declararon «indignados» hasta que el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, decidió reforzar el servicio de Bilbobus y dejar de cobrar el billete en las líneas que enlazan Abando con el barrio más populoso de la villa.
«Fue un fallo en el gabinete de comunicación del Consorcio de Transportes», acabaron reconociendo. «No se informó a los usuarios de que los autobuses gestionados por el Ayuntamiento serían gratuitos, cuando estaba decidido que fuera así», se excusaron; una gratuidad que hoy, con el restablecimiento del servicio de metro, queda suspendida. Tanto Nieves como Sarria instaron a los afectados a «presentar reclamaciones porque vamos a devolver el dinero, ya que es obvio que no se les ha prestado el servicio debido».
Al ser preguntados por qué no se puso en marcha un dispositivo de lanzadera a Santutxu, aseguraron que «técnicamente no era posible; hubiéramos colapsado el tráfico». Además, advirtieron de que en otras ciudades, como Londres, «nadie recurre a este sistema de transporte» y deja al resto de medios que absorban la demanda.
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