lunes, 21 de julio de 2008

LA ENFERMERIA EN BILBAO (V)

El vacío dejado por la desaparición de los beateríos adjuntos a los hospitales hubo de ser llenado de alguna manera y, a tal efecto, el Regimiento de la Villa, como patrono único de los hospitales, procedió al nombramiento de una mujer que se encargara de estas labores ayudada por algunas criadas a las que ella misma debía contratar y gobernar. Recibió el nombre de señora, aunque en ocasiones se refieran a ella como rectora o administradora.
Durante los primeros años, cada nueva señora debía de abonar una dote antes de ocupar su cargo, dote que en algunas ocasiones se aportaba en metálico y, en otras, mitad en metálico y mitad en especie.
Durante más de 300 años este fue el sistema que, con pequeñas variaciones, siguieron los dos hospitales bilbaínos. Cuando en el año 1661 el Hospital de los Santos Juanes dejó de ser un albergue para pobres y peregrinos, cambiando a una dedicación exclusiva para la “curación de enfermos”, se puso de manifiesto la necesidad de dotarle con mayores recursos de enfermería, pero para ello sólo se cambió el número y salario de las criadas y no se alteró la figura de la señora. En varias ocasiones se procedió a una solución sui generis y se decidió incluir en un solo contrato al cirujano y a la señora, quienes debían de formar matrimonio y gobernar la vida cotidiana del hospital, así como el personal subalterno.

Algunas de las señoras de los hospitales bilbaínos entre 1500 y 1800

María Pérez de Musquiza, 1539, sirvienta de San Lázaro
Mayora de Montano, 1573, freira del Hospital de los Santos Juanes para lo que ingresa una dote de 100 ducados
María Francisca de Fica, hasta 1598, se hace inventario al ceder su puesto a Pucheta
María Ochoa de Pucheta, 1598, administradora de los Santos Juanes, para lo que ingresa una dote de 100 ducados en moneda y 100 en especie
María Pérez de Marquina, 1613, administradora de San Lázaro
Marina de Iraurgui, 1661, hospitalera de los Santos Juanes
Manuela de Gurbista, 1749, señora de la casa y cuadras de la parte de hombres de los Santos Juanes, nombrada al mismo tiempo que su marido ingresa como cirujano practicante
María Josefa de Fontecha, 1756, al cuidado de las enfermas pobres
María Antonia de Basarte, 1760, contratada para la casa y cuadras de la parte de hombres de los Santos Juanes, nombrada para los años 1761 y 1762, al mismo tiempo que su marido ingresa como cirujano practicante
Francisca Javiera de Elorrieta, hasta 1771, año en que fallece.
Juana Josefa de Gorostiaga, nombrada en 1771
Ursula Rita de Villalon Latatu, 1773, viuda nombrada para la sala de enfermas, para seis años a partir del 21 de diciembre de 1773
Josefa Antonia de Leguina, 1802

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