El barrio gana así una zona de recreo de 10.000 metros cuadrados que, por su proximidad al Conservatorio y a la boca de metro, tiene vocación de ciudad. Su diseño resultó controvertido porque el Ayuntamiento desechó el proyecto inicial -obra de los arquitectos Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo, autores del centro musical- que tenía como principal seña de identidad una plataforma de madera. Los responsables municipales, temerosos de los problemas de mantenimiento y los resbalones en el solar, con una pendiente del 6%, indemnizaron a los profesionales y optaron por una alternativa que consideran más funcional.
La plaza tendrá varios espacios diferenciados. Cinco plataformas horizontales dispuestas en cascada configuran las zonas de estancia, que aprovechan la franja donde se puede plantar arbolado -entre la estación de metro y el parking- para buscar la sombra de los olmos del Cáucaso. La zona de juegos infantiles incluirá atracciones dedicadas a experimentar con los sonidos, en un guiño al Conservatorio.
Al pasear por la plaza, muchos ciudadanos se fijarán en el solar vacío que hay al otro lado de la calle, en la esquina de Lehendakari Aguirre y Benidorm. La construcción de los 133 pisos, 53 de protección oficial, empezará a finales de año o principios de 2009, según las previsiones de la promotora. A la espera de que finalice la tramitación urbanística en el Ayuntamiento, los arquitectos Eduardo Aurtenechea y Cristina Pérez Iriondo han diseñado un edificio moderno, «muy acristalado y con terrazas longitudinales», de cinco alturas y con una torre como elemento singular. Aunque hay personas apuntadas en una lista de espera, la venta de los pisos no empezará hasta el próximo año.
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