La prosperidad de mediados del siglo XVI había conseguido un cambio en la estructura social. Se había consolidado una nueva “nobleza”, la de los Comerciantes y Funcionarios pasando la vieja aristocracia a un segundo plano.
También reaparecieron ciertas rencillas entre la Tierra Llana y la Villa. Seguían con sus pléitos y con sus discordias. Era una guerra contra los nuevos “jauntxos” que detentaban el poder y que habían acumulado capital con el ejercicio del comercio. Los aldeanos incrementaron su odio contra los poderosos, odio que se concentró de una forma especial en la Villa de Bilbao.
Bilbao empieza este siglo XVII sumido en una época de crisis. Crisis motivada por su primer declive económico de finales del siglo XVI.
Y así, entre los años 1.600 y 1.635, aparecieron en la Villa una serie de establecimientos ingleses y holandeses, que se iban haciendo cargo de las actividades industriales y mercantiles abandonadas por la población, que, a su vez, se iba haciendo rural.
Pese a ello, los bilbaínos no vieron con malos ojos la presencia de estos comerciantes extranjeros, ya que, de alguna manera, venían a sustituir la tradicional dependencia de Burgos, hasta la creación del Consulado Mercantil en 1.511. Podríamos incluso decir que tuvieron un efecto positivo.
miércoles, 9 de julio de 2008
BILBAO EN EL SIGLO XVII (I)
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