miércoles, 21 de mayo de 2008

IGLESIA DE SAN ANTON (V)

En la nave lateral izquierda y partiendo de la puerta de entrada próxima a la Sacristía, se encuentran tres capillas que, en 1.530, ampliaron el templo: la del Preboste o de Santa Lucia, la de La Piedad y la de San Roque.
La capilla del Preboste o de Santa Lucia, que es la más amplia, fue edificada en 1.530 en gótico tardío y se abre con un arco ojival cerrado por magníficas rejas (siglo XVII) de dos cuerpos, rematada con el escudo del preboste Leguizamon. Un pasadizo unía esta Capilla con la Casa-Torre de Lezama Leguizamón, a la entrada de la calle Somera, a cuyas expensas se edificó aquélla (puede verse una pequeña puerta que permitía el acceso a tal pasadizo ya inexistente). Preside la capilla un retablo rococo del ultimo tercio del siglo XVIII, que aloja una imagen de la Inmaculada y una talla de Santa Agueda, resto de un retablo de Antonio Alloitiz labrado en 1.664. En el muro frontal una vidriera gótica y debajo un cuadro de la Escuela de Ribera (siglo XVII) que representa la Circuncisión del Niño Jesús, situado sorprendentemente en el establo de Belen. En sus laterales se disponen dos lienzos de los patronos de Vizcaya, San Ignacio de Loyola y San Valentin de Berriotxoa, obras realizadas por el pintor Manuel Losada en 1.907. Más abajo, a la izquierda, la imagen de Santa Mónica. Su bóveda es de crucería. En el muro de la derecha de esta Capilla, se encuentra el altar del Santísimo, una talla de la Inmaculada del maestro Arizmendi, una pequeña imagen de Santa Agueda (única existente en las iglesias bilbaínas) y dos óvalos del pintor bilbaíno Losada, que muestran a San Ignacio de Loyola (con armadura) y al Beato Valentín de Berriochoa. Y a la derecha del altar y sobre el suelo, podemos ver una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
Del techo de esta primera capilla cuelga una gran lámpara de cristal.
La capilla de Nuestra Señora de la Piedad, es algo más pequeña que la anterior y, también, es de estructura gótica en el arco de entrada, bóveda de crucería y vidriera. Su fundacion data de 1.554, aunque la reja, datada en 1.538 y de estilo renacentista, es la mejor de la Iglesia, y es muestra del arte de los forjadores bilbaínos del siglo XVI. El retablo, de rica arquitectura renacentista plateresca, consta de predela, un cuerpo central y dos calles laterales. Resaltamos en el cuerpo central el extraordinario grupo de La Piedad, obra maestra de Guiot de Beaugrant, escultor flamenco. En la predela y calles laterales, varios pasajes de la vida y muerte de Jesús. Y a la izquierda dicha predela, una pequeña joya renacentista que es el relieve de la Anunciación.
Realmente este retablo que hemos comentado es la verdadera obra maestra de San Antón.
Y en el muro de la izquierda de esta segunda capilla, un gran lienzo salido de algún taller de la Escuela de Zurbaran (mediados del siglo XVII), que representa a San Antonio Abad visitando al ermitaño San Pablo.
En 1.919, con el fin de ampliar el comulgatorio, se unieron estas dos capillas con un hermoso arco gótico, realizado por el arquitecto Emiliano Amann.
La capilla de San Roque es la más pequeña de las tres, con bóveda de crucería y una pequeña ventana gótica cegada en el muro izquierdo. Esta Capilla debió ser la primitiva entrada del templo, anterior a la nueva portada principal del siglo XVI. Son de gran belleza el magnífico arco de medio punto sostenido por columnas corintias, que se prolongan en otros elementos hasta la cornisa que enmarca el conjunto. Sobre el sepulcro que se halla al fondo, está colocada la imagen de San Roque. A la entrada y a la derecha la imagen de San Sebastián, y a la izquierda la de Santa Lucía.
Son de admirar estas dos tallas de San Roque y de San Sebastián, juntamente con la imagen de San Antonio de Padua con el Niño, que se encuentra en la hornacina situada a la derecha del Presbiterio y a la cabeza de la nave lateral derecha. Las tres imágenes son tallas de Juan Pascual de Mena, gran escultor toledano que mantuvo, entre 1.754 y 1.756 en Bilbao, un taller propio por los encargos que la Villa le hiciera, entre los que también se encontraban las tallas de la iglesia de San Nicolás.

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