Desde siempre están probadas las relaciones entre las marinas vasca y la inglesa durante el Siglo XIV. Hubo diversos tratados suscritos por ambas partes, como los de Bayona de 16 de julio de 1309, el de Fuenterrabía de 1311 y la nueva tregua de Bayona de 1333, así como los episodios bélicos de la Exclusa en 1340, de Diñan en 1341 y de Guernesey en 1342.
En 1474 Eduardo IV de Inglaterra suscribió con mercaderes vizcaínos un acuerdo de mutuo interés comercial o «carta de protección» para los respectivos comerciantes.
En 1474 Eduardo IV de Inglaterra suscribió con mercaderes vizcaínos un acuerdo de mutuo interés comercial o «carta de protección» para los respectivos comerciantes.
Asimismo, los vascos mantuvieron estrechas relaciones mercantiles con Francia. Los marinos y comerciantes vascos estuvieron presentes en los Siglos XIV y XV en los puertos de la costa occidental francesa (Burdeos, Bayona, Nantes, La Róchele), así como en Normandía (Rúan) y otras zonas. Durante el período en que Bayona estuvo bajo la dominación inglesa, los contactos mercantiles y el tráfico con Bilbao, experimentaron alternativas en función de treguas y paces. Muy notables fueron las conexiones comerciales entre Bilbao y Nantes, donde hubo un barrio (la Fosa de Nantes), en que residían habitualmente castellanos y vascos. La «Cofrerie de la Contratation», fue la asociación de estos mercaderes hispanos en Nantes.
El tercer punto o zona de relación mercantil de Bilbao y Vizcaya con el ámbito atlántico nórdico, es el Condado de Mandes o los Países Bajos.
A lo largo de la Edad Media, Bilbao se constituyó en la plaza fuerte del comercio vasco, ya que si al principio del Siglo XIV es Bermeo la villa vizcaína que ofrece la vitalidad mercantil y marinera más destacada, constituyendo las Ordenanzas de su Cofradía de 1353 (con sus 82 Capítulos) un verdadero Código náutico de inapreciable valor, poco a poco esta actividad se desplaza a Bilbao que goza de privilegios de villa desde el año 1300 y disfruta de mejores comunicaciones con Castilla, llegando a ser, su población y la ría, la capital y centro comercial de Vizcaya.
No tiene nada de extraño que Bilbao fuese antes Puerto que Villa, ya que su privilegiada situación geográfica le servía como asentamiento idóneo para todo tipo de actividades marítimas
No tiene nada de extraño que Bilbao fuese antes Puerto que Villa, ya que su privilegiada situación geográfica le servía como asentamiento idóneo para todo tipo de actividades marítimas
Es preciso señalar que en la Carta Puebla de fundación de la Villa de Bilbao de 15 de junio de 1300, otorgada por el Señor de Bizkaia, D. Diego López de Haro, el asentamiento tiene lugar en un paraje conocido como Puerto de Bilbao, y el Municipio tiene plena jurisdicción sobre el Canal y la Ría.
En 1310, en la carta puebla otorgada por Dña. María Díaz de Haro, en la segunda fundación de Bilbao, se vuelve a insistir en la idea del uso exclusivo de la ría por parte del Municipio.
Para regular y defender las citadas actividades industriales y mercantiles, surgen las Cofradías de Mareantes y Mercaderes, de las que existe constancia a partir de 1379 y que en ocasiones se agrupan en Federaciones, que tienen un papel destacado, entre otros, en la formación de flotas para la defensa de nuestras costas y tráfico mercantil, llegándose a la firma de diferentes tratados con los otros pueblos establecidos en toda la extensión de la Bahía de Bizkaia, de Bretaña a Galicia, así como con ingleses y flamencos.
Los hombres de mar, mercaderes e industriales vascos, gozaban por tanto de fortaleza y posición adecuadas para aprovechar los beneficios económicos de la Revolución Mercantil operada en los Siglos XV y XVI.
En 1310, en la carta puebla otorgada por Dña. María Díaz de Haro, en la segunda fundación de Bilbao, se vuelve a insistir en la idea del uso exclusivo de la ría por parte del Municipio.
Para regular y defender las citadas actividades industriales y mercantiles, surgen las Cofradías de Mareantes y Mercaderes, de las que existe constancia a partir de 1379 y que en ocasiones se agrupan en Federaciones, que tienen un papel destacado, entre otros, en la formación de flotas para la defensa de nuestras costas y tráfico mercantil, llegándose a la firma de diferentes tratados con los otros pueblos establecidos en toda la extensión de la Bahía de Bizkaia, de Bretaña a Galicia, así como con ingleses y flamencos.
Los hombres de mar, mercaderes e industriales vascos, gozaban por tanto de fortaleza y posición adecuadas para aprovechar los beneficios económicos de la Revolución Mercantil operada en los Siglos XV y XVI.
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