En 1379 se iniciaba la ampliación de la iglesia de Santiago. Esta extensión del templo obligo al derribo de algunas casas. Ello explica que las manzanas situadas entre Carnicería y Pesquería (Belosticalle) y entre ésta última y Tendería sean más cortas que sus paralelas en otras calles, y además la primera remate de forma irregular. Y lo mismo puede decirse del bloque entre el final de Tendería (hoy incluido en la calle La Cruz) y Francos (Artecalle), con una silueta triangular evidentemente adaptada al volumen de la iglesia.
Éste crecimiento también absorbería una parte de la plaza del mercado originando el desplazamiento del centro de actividad de la villa. Si en 1379 la plaza era denominada sencillamente Mercado, lo que implica que era el único existente, en 1402 se hablaba ya de Mercado Viejo, lo que implica que para entonces existía ya un Mercado Nuevo. Este no era otro que el puerto, pronto calificado en los documentos como Plaza Mayor.
Esta modificación reflejaba un cambio sustancial en la organización de Bilbao. Hasta entonces el tándem puerto-iglesia había estado dominado por ésta. La nueva plaza no se contentó con monopolizar las actividades económicas. En 1419 estaba ya allí la picota, signo de la justicia concejil.
El ayuntamiento empezó a reunirse allí siendo la primera referencia de 1434, pero ya se hacía con anterioridad, y al menos desde 1455 ocupaba una "casa nueba" (curiosamente propiedad de la iglesia de Santiago).
Éste crecimiento también absorbería una parte de la plaza del mercado originando el desplazamiento del centro de actividad de la villa. Si en 1379 la plaza era denominada sencillamente Mercado, lo que implica que era el único existente, en 1402 se hablaba ya de Mercado Viejo, lo que implica que para entonces existía ya un Mercado Nuevo. Este no era otro que el puerto, pronto calificado en los documentos como Plaza Mayor.
Esta modificación reflejaba un cambio sustancial en la organización de Bilbao. Hasta entonces el tándem puerto-iglesia había estado dominado por ésta. La nueva plaza no se contentó con monopolizar las actividades económicas. En 1419 estaba ya allí la picota, signo de la justicia concejil.
El ayuntamiento empezó a reunirse allí siendo la primera referencia de 1434, pero ya se hacía con anterioridad, y al menos desde 1455 ocupaba una "casa nueba" (curiosamente propiedad de la iglesia de Santiago).
En 1443 se abría al culto el templo de San Antón, alzado sobre el solar del desaparecido alcázar. Así pues, las funciones administrativas y parte de las religiosas también se desplazaban a la ribera, aunque Santiago seguiría siendo la parroquia matriz y en ella se celebrarían siempre los actos más solemnes.
Paralelamente la población de Bilbao seguía creciendo, y se hacía preciso ganar espacio habitable. En 1402, al tiempo que se reformaban los muelles (signo de la importancia del puerto), se construían algunas casas en la plaza. En la Plaza Mayor las torres no sólo alcanzaron la muralla, sino que la sobrepasaron mediante cuerpos volados aparejados en madera (los "andamios"), que se documentan ya en 1458. Más tarde estas estructuras darían paso a otras de obra, muy pesadas, que necesitarían de unos soportes pétreos. Nacían así las arcadas de la ribera.
En 1440 se solicitaba permiso para abrir un nuevo portal en la muralla: posiblemente fue el de San Miguel (Portal Nuevo) o más sencillamente el inicio de la actual calle de Bidebarrieta. Para 1450 existía otra puerta más, la de Santa María, hacia la calle de este nombre.
Intramuros se buscaban nuevos solares, que en parte fueron proporcionados por la decadencia del Mercado Viejo. En 1463 ya se contabilizan 27 vecinos "en la asera del Portal Nuevo", es decir, en la actual plazuela de Santiago, adosadas a la muralla, posiblemente entre el portal y Barrencalle Barrena. Pero ya se pensaba en los futuros ensanches extramuros.
Así se llegaría a los diez portales que tenía la villa en 1464, a cuyos guardianes se pagaba 50 maravedis anuales, que en el caso del portal de Zamudio, el principal, subían a 100. El salto al otro lado de las murallas estaba ya preparado
Paralelamente la población de Bilbao seguía creciendo, y se hacía preciso ganar espacio habitable. En 1402, al tiempo que se reformaban los muelles (signo de la importancia del puerto), se construían algunas casas en la plaza. En la Plaza Mayor las torres no sólo alcanzaron la muralla, sino que la sobrepasaron mediante cuerpos volados aparejados en madera (los "andamios"), que se documentan ya en 1458. Más tarde estas estructuras darían paso a otras de obra, muy pesadas, que necesitarían de unos soportes pétreos. Nacían así las arcadas de la ribera.
En 1440 se solicitaba permiso para abrir un nuevo portal en la muralla: posiblemente fue el de San Miguel (Portal Nuevo) o más sencillamente el inicio de la actual calle de Bidebarrieta. Para 1450 existía otra puerta más, la de Santa María, hacia la calle de este nombre.
Intramuros se buscaban nuevos solares, que en parte fueron proporcionados por la decadencia del Mercado Viejo. En 1463 ya se contabilizan 27 vecinos "en la asera del Portal Nuevo", es decir, en la actual plazuela de Santiago, adosadas a la muralla, posiblemente entre el portal y Barrencalle Barrena. Pero ya se pensaba en los futuros ensanches extramuros.
Así se llegaría a los diez portales que tenía la villa en 1464, a cuyos guardianes se pagaba 50 maravedis anuales, que en el caso del portal de Zamudio, el principal, subían a 100. El salto al otro lado de las murallas estaba ya preparado
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