lunes, 16 de junio de 2008

2.000 VECINOS EXIGEN CONTAR EN LA TOMA DE DECISIONES


Primero llegaron los vecinos contrarios al relleno del canal de Deusto, al poco los que reivindican la «rehabilitación social» de San Francisco. No mucho después invadían la plaza Moyua cientos de residentes en Rekalde, parapetados tras una pancarta que dejaba bien clara su negativa a que el tranvía «destroce» su barrio. Al rato, aparecía la plataforma contra la instalación de un crematorio de Uribarri. Y así se fueron acumulando cientos de personas, representantes de 35 asociaciones de distintos rincones de la villa. Eran las doce del mediodía y bajo un único lema, 'Porque los barrios también son Bilbao. Participación ciudadana ya', una multitud recorrió la Gran Vía en dirección al Ayuntamiento para reclamar a los responsables municipales una ciudad «más humana».
Era «la primera vez en la historia de la Democracia» que una manifestación aglutinaba las sensibilidades y problemáticas de la mayor parte de los barrios de la capital vizcaína. «Tenemos un motivo para estar aquí, un denominador común: todos los barrios tenemos aspiraciones que no se atienden y un Ayuntamiento con las puertas cerradas al movimiento vecinal», censuró en un comunicado la coordinadora de asociaciones bilbaínas, que aglutina al 70% de los grupos que hay en la villa.
Esta «lucha común» en pos de una mayor diálogo con el ciudadano en las decisiones municipales que atañen a los barrios donde residen sirvió también como recordatorio de esos conflictos que siguen latentes, aquellos que están a punto de solucionarse o los que están lejos de encontrar una salida consensuada. De hecho, cada colectivo portaba sus propias pancartas y profería sus consignas.
Entre las problemáticas de mayor repercusión mediática en los últimos meses, los miembros de la plataforma contra los rellenos del canal de Deusto, ataviados con camisetas en las que se leía 'Parkea bai, cemento no', reclamaban la «gran zona de ocio prometida por el alcalde Josu Ortuondo en 1995». Algo más tranquilos desde que el Puerto anunciara el 30 de mayo que no ejecutaría los rellenos hasta que el Ayuntamiento aprobase el Plan Especial para al zona, no quieren, sin embargo, «confiarse». «Esto es un tiempo que nos regalan, pero aún nos queda mucho por delante», apuntaba José Antonio Moneo, portavoz del colectivo.
«Vigilantes»
Al grito de 'Primero la salud, luego los negocios', los vecinos de Uribarri mostraban su rechazo frontal a la construcción del crematorio, «contaminante» instalación, que podría empezar a levantarse en octubre. A pesar del curso que han tomado los acontecimientos, no se plantean tirar la toalla. «El Ayuntamiento no ve otro emplazamiento viable, pero vamos a negociar directamente con los gerentes del crematorio para que lo trasladen a Derio», explicó Richard Presa.
«No queremos que entre el tranvía al barrio. Es lesivo para Rekalde, lo destrozaría. Esta convocatoria tiene que servir de algo. En nuestro caso, el Ayuntamiento sigue en sus trece, pero mira lo que han conseguido los del canal a base de salir a la calle». Rafa Renovales confiaba en la iniciativa popular para «conseguir cambios».
Cerca de allí se palpaba el escepticismo. Los vecinos afectados por el ruido en Sabino Arana confesaban seguir «vigilantes» a pesar de que ya estén más cerca los nuevos accesos a Bilbao por San Mamés que permitirán demoler el viaducto de Sabino Arana. Por eso, están decididos a «continuar» con las acciones legales que iniciaron en abril.
Rehabilitación social
Entre los 2.000 participantes de la marcha -la organización elevó este cálculo a 3.000- se alzaban pancartas con reivindicaciones que llevan tiempo sin salir en los medios, pero que siguen ahí. Pendientes. Por ejemplo, bajo el lema 'San Francisco, ven y cuéntalo', la plataforma vecinal reclamaba la «rehabilitación social» de la zona. «Estamos muy desatendidos, a pesar de los planes especiales de rehabilitación. El Ayuntamiento debe apostar fuerte por nosotros», señalaba Patxi Manrique, portavoz de la coordinadora de grupos ciudadanos de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala.
Los vecinos de Arangoiti aprovecharon para reclamar un ascensor, accesos peatonales y aparcamientos; mientras los de Iralaberri exigían la reforma integral del barrio. No acababa ahí la cosa. También estaban presentes representantes de Zurbaranbarri, Zorroza, Monte Caramelo... Ni siquiera faltaron a la cita la peña antitaurina de Vizcaya o la comisión de fiestas de barrios 'Auzotarrok' y las comparsas de Bilbao, que criticaron lo «restrictivo» de las normativas municipales y la «escasez de subvenciones».
Tanto alboroto no pasó desapercibido a los miembros de la Corporación. Mientras el alcalde en funciones, Ibon Areso, manifestaba que el Ayuntamiento «está abierto a oír opiniones», el portavoz de la coordinadora vecinal, Javier Muñoz, se mostró seguro de que los responsables «tendrán en cuenta» el gesto de los ciudadanos. «Es imposible resolver los problemas sin contar con la gente», zanjó. La plataforma también anunció que solicitará en los próximos días una reunión con Alcaldía para estudiar la forma de recuperar su voz y su voto en el día a día municipal.

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