lunes, 19 de mayo de 2008

PLAZA ELIPTICA


MUELLE DEL ARENAL 1.874


PLAZA CIRCULAR


IGLESIA DE SAN ANTON (III)

Tal y como he comentado, en 1.996 se iniciaron, bajo la dirección del arquitecto Rafael Purroy y con la colaboración del Servicio del Patrimonio y el equipo de inmuebles del Obispado, unas importantes obras de restauración integral de la Iglesia, que duraron hasta el año 2.003. Concretamente el día 9 de Noviembre de este año, el Obispo auxiliar de Bilbao celebró la primera eucaristía en esta Iglesia, tras permanecer cerrada al público durante estos años.
En estas obras se han descubierto:
1.- Vestigios de los primeros asentamientos civiles anteriores a la Carta Puebla de 1.300, que permiten pensar que la ciudad podría tener más años de los que se suponen.
2.- La existencia de una muralla defensiva de hasta 2,50 metros de ancha, que se entiende es la misma que la que rodeaba el antiguo Bilbao de las Siete Calles, en el siglo XIV.
3.- Las cimentaciones de una primera Iglesia que, al parecer, tuvo una corta vida de 50 años en el siglo XV.
4.- Las sólidas cimentaciones sobre la roca de Atxuri, que sostienen el edificio actual.
5.- Un cementerio de principios del siglo XVIII, con tumbas rectangulares, perfectamente definidas.
6.- Un camposanto anterior, hacia el siglo XVI, con otro tipo de enterramientos.
7.- Sólidos suelos de argamasa, al parecer de construcciones datadas entre los siglos XII y XIII y restos arqueológicos varios, que podrían confirmar la existencia, en ese lugar, de una vida anterior a la fundación de la Villa.

En relación con el camposanto y cementerio citados, hay que tener en cuenta que, desde sus orígenes y hasta el siglo XIX, el interior de esta Iglesia fue utilizado como tales. En 1.726 se planificó una importante reorganización del área funeraria. Las cubiertas de las tumbas se han reproducido, de alguna manera, en el suelo de la Iglesia, tras su restauración.

BILBAO ACOJE A SUS "MENINAS" PARA SIEMPRE

Las 'meninas' de Manolo Valdés están desde ayer para siempre en Bilbao. Iñaki Azkuna, amigo personal del artista valenciano, descubrió las tres piezas de la calle Ercilla, por las que el Ayuntamiento ha abonado medio millón de euros. «Somos muy amigos de Manolo, nos gusta su obra y teníamos un pico de dinero para pagarlas», confesó el alcalde.